lunes, 5 de julio de 2010

Estrellas

Deslumbrates, poéticas, lejanas... Cuando las observamos ellas ya no estan. Murieron; solo vemos su fantasma en la lejanía del cosmos como una aureola infinita de paz y fuego eterno.
Nos impactan. Su belleza sucumbe nuestro ser. Nos marean, nos confunde su incalculable proporción.
Oh! que divinas, tan perfectas, brillantes, petulantes. Pequeños puntos ardientes nadando entre mares de avismos oscuros y espacios vacíos de sociego y perdición.
Iluminan nuestro sendero, alumbran nuestra noche y navegan con el navegante que tan pasionalmente las comprende.
¿Por qué será que las contamos? Nos divierten, creemos entenderlas. Ellas nos entienden.
Somos pequeños puntos separados en el espacio. Nos parecemos a ellas, iluminamos el camino de las pasiones y del amor.
No hacen falta oraciones, tampoco canciones, ni peticiones. Ellas siempre estaran aunque hace millones de años, apagaron su luz para nunca más brillar.
Oh, las estrellas. Tan pequeñas, tan enormes. Guien nuestro sendero, que somos navegantes con nuestros corazones.

Renzo Rubén Anconetani

1 comentario:

Maria Luisa dijo...

Hola Renzo! me gustan tus estrellas!
Saludos y encantada de reencontrarte! Maria Luisa.